Entrenamiento del Ganado Bovino al Cerco Eléctrico: Estrategias para una Adopción Eficaz

La ganadería de pastoreo moderna exige soluciones sostenibles que optimicen recursos sin comprometer el bienestar animal. Uno de estos recursos es el cerco eléctrico, herramienta eficaz para el control de pastoreo y la protección de áreas sensibles. No obstante, su efectividad depende en gran medida del entrenamiento adecuado del ganado bovino. Entrenar al ganado para respetar el cerco eléctrico no es un proceso complejo, pero requiere método, paciencia y conocimiento del comportamiento animal.
¿Por qué entrenar al ganado?
A diferencia de cercos físicos de alambre de púas tradicionales, los eléctricos actúan como barrera psicológica. El ganado necesita asociar el cerco con una consecuencia fuerte y consistente inmediata (la descarga eléctrica corta pero incómoda) para modificar su conducta. El objetivo no es lastimar al animal, sino crear un estímulo aversivo que fomente respeto y evita intentos de escape.
Estrategias de Entrenamiento
- Familiarización progresiva:
Durante los primeros días, se recomienda colocar a los animales en un potrero que no sea demasiado grande donde el cerco eléctrico delimite todo el perímetro y de tener un acceso fácil a tomas de agua. Debe estar correctamente energizado (mínimo tener en el alambre triple galvanizado positivo un voltaje de 6,000 voltios), visible, con un sistema adecuado de tierras y libre de interferencias vegetales. - Supervisión inicial:
Durante las primeras 24 a 48 horas, es fundamental supervisar al ganado para observar reacciones. Ante el primer contacto con el cerco, el animal sentirá una descarga eléctrica fuerte momentánea. Esta experiencia enseña rápidamente a sentir respeto por el alambre y evitará acercarse a él; empieza a sentir miedo a la descarga. - Refuerzo del aprendizaje:
Los animales también aprenden por observación. Si el grupo incluye individuos previamente entrenados o algunos se dan toques muy pronto y aprenden que duela al tocar el alambre, la adaptación es más rápida. El reforzamiento puede incluir mantener el cerco siempre activo con voltaje alto, sin interrupciones, y evitar zonas donde puedan cruzar sin sentir descarga. - Evitar el estrés: Preferentemente el entrenamiento debe realizarse en momentos de baja exigencia productiva, evitando épocas de destete, transporte o eventos que generen estrés. Un animal estresado aprende menos y podría asociar el cerco con amenaza y que el toque que recibe es producto del estrés.
Consideraciones finales
El entrenamiento al cerco eléctrico no solo mejora la eficiencia del manejo ganadero, sino que también favorece el bienestar animal al reducir conflictos y accidentes. Teniendo alimento y agua disponible el mismo animal se siente seguro y se hace más dócil. Un productor comprometido sabe que el conocimiento técnico para tener voltaje en todo momento en el alambre y el entendimiento del comportamiento animal son esenciales para tener potreros productivos en todo momento.