Gusano barrenador en Yucatán: ¿Por qué se propaga rápido en la ganadería?

La amenaza del gusano barrenador –larva parásita de la mosca Cochliomyia hominivorax– es un riesgo latente que podría trastocar el sector ganadero de Yucatán si se disemina en zonas estratégicas como Tizimín, Panabá o Sucilá.
Aunque históricamente la plaga fue erradicada en gran parte de Centro y Norteamérica, su resurgimiento en países vecinos y el incremento del contrabando ganadero ocasionaron alarma entre productores y autoridades.
Como informamos, el temor se hizo realidad este miércoles 5 de marzo de 2025, cuando se detectó el primer caso de gusano barrenador en Yucatán, en un rancho en Corral, comisaría de Tzucacab.
Ahora, la pérdida de productividad y la posibilidad de muerte en animales infestados son consecuencias que podrían impactar de forma devastadora la economía local en caso de darse una plaga de gusano barrenador.
Gusano barrenador en Yucatán: ciclo que no perdona
El ciclo de vida del gusano barrenador es alarmantemente breve en condiciones cálidas. En zonas tropicales, la oviposición se produce en heridas abiertas y, tras eclosionar en tan solo 12 a 24 horas, las larvas comienzan a alimentarse agresivamente del tejido vivo.
Después, en condiciones favorables, el proceso de pupación y la emergencia de la mosca adulta pueden completarse en tan solo 21 días.
Esta rapidez en el ciclo biológico implica que, en ausencia de medidas de detección y control oportunas, la ganadería de Yucatán podría verse seriamente afectada en un plazo menor de tres semanas.
¿Por qué se propagaría más rápido el gusano barrenador en Yucatán?
El clima predominante en Yucatán, caracterizado por altas temperaturas y humedad constante, resulta ideal para el desarrollo y la rápida diseminación del parásito.
La temperatura óptima acelera tanto la eclosión de los huevos como el crecimiento de las larvas, permitiendo que el gusano barrenador alcance altos índices de infestación en períodos muy cortos.
Así, mientras que en climas templados el ciclo se alarga, en Yucatán la plaga podría expandirse de manera explosiva, sobre todo en unidades ganaderas con alta concentración de animales y en áreas donde se presenten frecuentes heridas, ya sea por manejo o por lesiones de origen natural.
¿En qué zonas de Yucatán afectaría más el gusano barrenador?
En municipios como Tizimín, Panabá y Sucilá, donde la actividad ganadera es fundamental para la economía regional, la introducción del gusano barrenador representaría un riesgo inminente.
El deterioro de la salud del ganado se traduciría en pérdidas económicas significativas, afectando la producción de carne y leche, y comprometiendo la competitividad del sector ante mercados internacionales.
Por ello, expertos en sanidad animal recalcan la importancia de fortalecer la vigilancia, capacitar a los productores para la detección temprana de “gusaneras” y aplicar protocolos de tratamiento inmediato, que incluyan el uso de insecticidas y la implementación de programas de liberación de machos estériles.
Las autoridades estatales y federales deben redoblar esfuerzos en la inspección de animales, en especial aquellos que provengan de zonas de riesgo, y en la promoción de prácticas de bioseguridad.
La experiencia de campañas anteriores en Centroamérica demuestra que una respuesta rápida y coordinada es vital para contener la propagación del parásito.
¿Cómo evitar que el gusano barrenador cause crisis en Yucatán?
De no actuar con decisión, el impacto podría extenderse de forma irreversible a toda la cadena productiva ganadera, generando consecuencias sanitarias y económicas de gran magnitud.
Ante este panorama, la colaboración entre gobiernos, instituciones y productores es crucial para evitar que el gusano barrenador transforme en una crisis la ganadería yucateca.
La prevención y la detección temprana se erigen, sin duda, como la mejor estrategia para salvaguardar la riqueza agropecuaria de Yucatán en un clima que, paradójicamente, favorece al enemigo.